Como se ha comentado en anteriores noticias, es muy importante tanto la visita del técnico a campo como la correcta interpretación de los datos. Por ello, surge la duda a los propietarios de cuál es el precio mínimo de un certificado energético que se puede llegar a pagar.
El mercado marcará el precio a medio plazo
El mercado actual, está a la baja, y cada día más se intentan soluciones para captar clientes. La más común es bajar los precios del servicio lo máximo posible, dado que es el primer impacto que reciben los clientes y estos no quieren gastarse más de lo necesario para el “trámite” al cual les están obligando. Pero, ¿es esta opción la más barata para el cliente?
Desde IGSE certificaciones consideramos que lo más importante para nuestros clientes es que los datos del certificado sean correctos, precisos y sobre todo reales. Un certificado realizado por un precio muy bajo, significa que el coste se está restando de alguna parte, y esta suele ser el tiempo que el técnico dedica a tomar los datos y realizar los cálculos energéticos. Esta decisión conlleva que la calificación energética obtenida puede no reflejar la realidad de la vivienda, y por consiguiente que la calificación energética sea incorrecta. Si un propietario obtiene una E en vez de una C en su vivienda, le ocasionará serios problemas para vender o alquilar a un precio alto, dado que el futuro inquilino tendrá serias dudas si realmente es rentable vivir en esa vivienda.
Sabemos que el precio de las certificaciones energéticas es elevado para los propietarios, y que supone un sobrecoste adicional a los ya obligatorios para vender o alquilar, pero el resultado del trabajo depende en gran parte de la capacidad y de la dedicación de los técnicos al trabajo. Por ello, le asesoramos gratuitamente de todos los pasos a seguir y de la toma de decisión más correcta para su situación.
