El consumo energético de los electrodomésticos

Uno de los aspectos clave que los técnicos tienen en cuenta cuando hacen una revisión para la certificación es el consumo energético de los electrodomésticos y del resto de equipamiento de la casa. Dependiendo del consumo de los electrodomésticos estos incluidos en una serie de categorías, desde la más eficiente (la A++) a la menos (la G), y lo cierto es que hay grandes diferencias entre ellos: tener un electrodoméstico de categoría F o G puede suponer multiplicar el gasto por cien en un periodo de quince años. Si además tenemos en cuenta que el gasto de los electrodomésticos supone una buena parte del consumo total de la casa, ahorrar energía con ellos se convierte en una necesidad.

Menor consumo en los electrodomésticos

Elegir las categorías de menor consumo.

Aunque al principio sean algo más baratos, no merece la pena comprar un electrodoméstico con una categoría baja, porque a medio plazo vamos a perder dinero. Mejor no bajar de la clase A+.

Apagar los aparatos cuando no estén en uso.

Puede parecer algo muy obvio, pero lo cierto es que muchas veces acabamos dejándolo en “stand by” y siguen consumiendo. Algo parecido sucede con los adaptadores, que siguen gastando aunque no transformen efectivamente la energía porque no están conectados a nada.

Elegir determinadas características al comprar el electrodoméstico.

En el caso de los televisores, las pantallas LCD ahorran un 37% de energía respecto a los aparatos tradicionales, así que sustituirlo puede ser una buena idea. En las lavadoras, lo mejor es elegir un equipo que permita lavar también a media carga, ya que muchas veces no las llenamos. En lo que respecta a las secadoras, lo mejor es prescindir de ellas en la medida de lo posible y dejar que sea la luz solar la que haga el trabajo.

Cuidar el mantenimiento.

Cuanto más deteriorado está un electrodoméstico, más energía consume, independientemente de cuál sea su categoría energética. Vigilar que las conexiones eléctricas no estén estropeadas o limpiar una vez al año la parte de atrás de los ordenadores y los televisores evita que la energía se derroche porque el aparato no tiene que trabajar a tanta potencia.